Comunicología de la liberación: entre la comunicación para el desarrollo y la emancipación de América Latina

Abstract

La comunicación para el desarrollo quedó establecida formalmente en los Estados Unidos a finales de la década del cincuenta del siglo pasado y luego fue implantada en el mundo periférico través de agencias, fundaciones e instituciones estadounidenses y de Naciones Unidas en torno a la adopción de innovaciones agrícolas, educativas y sanitarias. Desde América Latina, en la década del setenta, teóricos como el boliviano Luis Ramiro Beltrán y el paraguayo Juan Díaz Bordenave denunciaron y evidenciaron el carácter vertical, etnocéntrico y conservador de tal disciplina. Inspirados en la Teoría de la Dependencia y en la Pedagogía de la Liberación, propusieron modelos alternativos. No obstante, Beltrán fue más allá al postular un modelo de comunicación alternativa para el desarrollo democrático en el marco de su reivindicación de una Comunicología de la Liberación de inspiración freiriana que animó las luchas por la democratización de la comunicación. No obstante, para principios de los ochenta fue evidente que ni la reformulación del desarrollo ni el de la comunicación para el desarrollo habían contribuido al progreso, por lo contrario, el discurso desarrollista comenzó a ser incorporado al modelo neoliberal y eufemismos como el desarrollo sostenible comenzaron a poblar los discursos de agencias, fundaciones y gobiernos. En tal sentido, para principios del nuevo siglo la comunicación para el desarrollo fue reformulada y así apareció la comunicación para el cambio social. Investigadores como Manuel Chaparro Escudero y Erick Torrico Villanueva han venido argumentando que más que una comunicación para el cambio social o una comunicación alternativa para un desarrollo democrático de lo que se precisa es de una comunicación para salir del desarrollo. Una comunicación que recupere el sentido crítico los planteamientos de Beltrán, Bordenave y coetáneos, pero que tenga en cuenta que el camino hacía una transformación social no puede ser más el desarrollo sino la búsqueda de nuevas rutas para salir del desarrollo en la perspectiva de construir otro mundo posible. El presente estudio suscribe críticamente esta propuesta en tanto reivindica el sentido emancipatorio que Paulo Freire asignó a la comunicación en los procesos de organización y lucha de los oprimidos hacia su liberación.