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ItemAgrónomos. Maestros e investigadores del campo mexicano.(Universidad Autónoma Chapingo, 2008) Reyes Canchola, Rosaura ; Ortíz Martínez, Guillermo ; Ocampo Ledesma, JorgeRevisar la memoria histórica de una institución como la UACh a partir de la historia de sus agrónomos significa en buena medida, hacer la reconstrucción de la historia rural del país. Toda vez que ellos han tomado parte importante en la fundación de instituciones y en acciones significativas que bajo el lema universitario que marcó su formación profesional de “Enseñar la explotación de la tierra, no la del hombre”, han contribuido a la cimentación de la nación mexicana. La obra que tiene en sus manos: Agrónomos, maestros e investigadores del campo mexicano forma parte de una investigación amplia que aquí se cristaliza en un compendio integrado por algunas de las biografías de los agrónomos más importantes en la historia de la ENAUACh, que se constituye con la aportación individual de cada uno de ellos. En un primer recuento resulta obligado mencionar de entrada, los nombres de Marte Rodolfo Gómez, José Luis de la Loma y Oteyza, Ramón Fernández y Fernández, Edmundo Taboada, Arturo Fregoso Urbina, Emilio Alanís Patiño, Rómulo Escobar, Alfonso González Gallardo y Emilio López, reconocidos precursores de los principios y políticas rurales en México, que dieron origen a las ideas y base a las políticas educativas y agrícolas y a la investigación agronómica para el desarrollo del campo en México. Es de destacar la presencia y el papel de Czeslawa Prywer Lidzbarska, que ocupa un lugar privilegiado en la historia de la educación y las ciencias de la agronomía, no sólo por sus importantes aportes en la investigación y su amor al campo mexicano, sino por haber sido pionera de la mujeres en una actividad tradicionalmente atendida en sus orígenes por el género masculino y, ni que decir de sus actos humanitarios que contribuyeron a salvar la vida de varios niños durante la Segunda Guerra Mundial. En una segunda etapa igualmente importante se destaca otro grupo de agrónomos que con su dedicación y trabajo contribuyeron de manera definitiva en la profundización del conocimiento y en la especialización de las ciencias agronómicas. Entre ellos es obligado inscribir a Gilberto Palacios de la Rosa, Edmundo Flores Fernández, Rodolfo Santamaría Playá, Alberto Barrios, Fernando Martínez Sainos y José Rodríguez Vallejo. Mencionamos de manera especial en esta etapa a Efraín Hernández Xolocotzi, que con sus estudios e investigación contribuyó significativamente a la consolidación de una agronomía nacionalista. Finalmente, encabezando a un grupo de agrónomos de una etapa más reciente, en la que se continúan los principios iniciados por los precursores de la agronomía en México, destaca la labor de Fidel Márquez en el campo del mejoramiento genético, y en el de la comunicación y desarrollo la presencia de Leobardo Jiménez Sánchez. Las biografías de este grupo de profesores conforma la Galería: Nuestros Agrónomos, que se encuentra expuesta en forma permanente en la Biblioteca Central de la UACh.
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ItemAspectos generales de la inocuidad agroalimentarias. Segunda parte.(Universidad Autónoma Chapingo, 2008) Leos Rodríguez, Juan Antonio ; Salazar Sosa, Enrique ; Fortis Hernández, Manuel ; López Martínez, José DimasEn la medida que las economías nacionales se han integrado, las barreras no arancelarias, como las relacionadas con la salud humana, animal y vegetal (aspectos incluidos en el artículo XXb del GATT de 1947 y en el Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias de 1995), el cuidado del ambiente y el bienestar animal cobran especial relevancia, ya que fácilmente se convierten en barreras innecesarias al comercio internacional y, por ende, ser causa de diversas disputas que entorpecen los flujos de los bienes comerciados y afectan negativamente el bienestar de los países y sectores productivos involucrados. La incertidumbre científica que rodea a este tipo de barreras hace necesaria una mayor armonización de las diferentes reglamentaciones de los países que comercian entre sí, para evitar en la medida de lo posible la discrecionalidad de las autoridades competentes y los consecuentes daños a la cadena de producción involucrada. Algunos casos recientes, en 2008, ilustran esta problemática. Por ejemplo, el 7 de junio la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, alertó sobre el peligro de consumir tomates frescos provenientes de diferentes zonas de producción por estar posiblemente contaminados con Salmonella saintpaul. Los estados mexicanos exportadores de esta hortaliza no figuraron en principio en la lista de las regiones no sospechosas. En julio 17, la FDA retira el aviso argumentando que los tomates que actualmente se consumían en los Estados Unidos no estaban asociados al brote de salmonelosis. La búsqueda de la bacteria dañina se trasladó al chile. El 25 de julio la FDA emite nuevamente una alerta afirmando que la bacteria tan buscada se encontró en un centro de distribución en McAllen, Texas, en un chile jalapeño cultivado en México. Afortunadamente sólo se registraron pérdidas económicas pero no humanas. Otro caso reciente que muestra lo grave que puede ser una contaminación microbiológica para la salud es el brote de Listeria monocytogenes en Canadá, en agosto de 2008, que resultó en la muerte de 5 personas (www.publichealth.gc.ca). La leche china en polvo contaminada con melamina es otro suceso que ilustra lo costoso que resulta el infringir las normas que aseguran la inocuidad de los alimentos: como resultado de esta contaminación cuatro niños han muerto y 53,000 personas enfermaron. La preocupación por la inocuidad es creciente en el mundo, sobre todo la relativa a las frutas y hortalizas frescas cuyo consumo ha ido en aumento debido a problemas de salud y obesidad; sin embargo, no son sometidas a procesos que eliminen los patógenos y sólo puede prevenirse su contaminación.
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ItemCompetitividad del frijol de México en el contexto de libre comercio.(Universidad Autónoma Chapingo, 2008) Ayala Garay, Alma Velia ; Schwentesius Rindermann, Rita ; Almaguer Vargas, Gustavo ; Gómez Cruz, Manuel Ángel ; Márquez Berber, Sergio R.En México, el frijol representa toda una tradición productiva y de consumo, cumpliendo diversas funciones de carácter alimentario y socioeconómico que le han permitido trascender hasta la actualidad. Es un cultivo estratégico, que ocupa el segundo lugar a nivel nacional, en superficie, con un promedio de 1.87 millones de hectáreas cosechadas, una producción de 1.3 millones de toneladas y un valor de 7.5 mil millones de pesos (promedio 2003/2005, según la base de datos SAGARPA, SIACON, 2006). Esta leguminosa tiene gran importancia social porque 570,000 productores, con un promedio de cinco hectáreas por agricultor, se dedican y viven de ella, y destinando cerca de 20% de la cosecha para su autoconsumo. Además, genera un total de 78 millones de jornales al año (Ibidem). El proceso de producción en campo demanda en promedio 35 jornales por hectárea, en los que participa 71% de los integrantes de las familias involucradas, lo que constituye una forma muy importante de autoempleo en la agricultura mexicana (Serrano, 2004). Es por ello que la liberalización comercial en 2008 es de mayor impacto social en el cultivo del frijol que en cualquier otro. Prácticamente, este cultivo se produce en todos los estados de la república, aunque 66% del total se obtiene en las zonas norte y noroeste también se siembra en las regiones centro y costeras del país, entre otras razones porque es una planta con una amplia capacidad de adaptación a diferentes climas, por lo que puede cultivarse desde altitudes de casi cero hasta 2,700 msnm. Este grano ha sido básico en la dieta de la población mexicana, especialmente en la de medianos y bajos recursos, tanto en las zonas rurales como urbanas, con un consumo anual per cápita de 12.5 kg (FAO, FAOSTAT, 2006). La importancia alimenticia radica en que es una fuente que aporta grandes cantidades de proteína y fibra alimenticia.
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ItemLos diseñadores nacionales de tecnología agrícola.(Universidad Autónoma Chapingo, 2008) Ocampo Ledesma, Jorge Gustavo ; Palacios Rangel, María IsabelEl libro que tienen en sus manos es resultado de un esfuerzo compartido. Por una parte, el trabajo de los autores que descubren la acción de los ingenieros agrícolas, mediante la revisión de sus propuestas de mecanización desde diferentes regiones y con iniciativas diversas. Esta vertiente de investigación, recuperada mediante entrevistas a los actores directos, reviste una particular importancia ya que permite entendernos como gremio en nuestros diseños y, en lo que destacan en el escrito, la perseverancia y el tesón de nuestra comunidad, la más de las veces inadvertida. Sólo una perspectiva histórica, esa dimensión de larga duración aludida por los profesores Ocampo y Palacios, permite comprender la continuidad y el empeño de nuestras acciones y propuestas tecnológicas.
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ItemLa huelga nacional de las escuelas de agricultura en 1967.(Universidad Autónoma Chapingo, 2008) Núñez Gutiérrez, Hiram ; Reyes Canchola, Rosaura ; Ocampo Ledesma, Jorge GustavoEl libro que tienen en sus manos es resultado de un esfuerzo compartido. Por una parte, el trabajo de los autores que descubren la acción de los ingenieros agrícolas, mediante la revisión de sus propuestas de mecanización desde diferentes regiones y con iniciativas diversas. Esta vertiente de investigación, recuperada mediante entrevistas a los actores directos, reviste una particular importancia ya que permite entendernos como gremio en nuestros diseños y, en lo que destacan en el escrito, la perseverancia y el tesón de nuestra comunidad, la más de las veces inadvertida. Sólo una perspectiva histórica, esa dimensión de larga duración aludida por los profesores Ocampo y Palacios, permite comprender la continuidad y el empeño de nuestras acciones y propuestas tecnológicas.Y el libro es un esfuerzo compartido pues, sin esa labor tenaz y perseverante, no tendríamos los desarrollos y la madurez profesional que destacan los autores. De esa manera, aunque no están efectivamente todos los que han propuesto iniciativas y todas las experiencias, rescatar seis acciones permite empezar a recuperar la riqueza de nuestros trabajos y ubicar el desarrollo de nuestra comunidad. Seguramente a este esfuerzo seguirán otros trabajos en el mismo sentido
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ItemMás supermercados y menos Estado: ¿Dónde quedan los pequeños productores de leche?(Universidad Autónoma Chapingo, 2008) Tillie, Pascal ; Cervantes Escoto, FernandoEste artículo se enfoca a la evolución del mercado de la leche en México y sus consecuencias para los productores primarios en un contexto de apertura comercial, de merma de los apoyos del gobierno y participación creciente de los supermercados en el comercio de la leche. En México, la llegada de los supermercados ocurrió más tarde que en otros países latinoamericanos, como Argentina y Brasil. Sin embargo, en los últimos 10 años su participación en el comercio a detalle pasó de 10 a 57%, y en 2006 registraron un crecimiento anual en ventas de 8.6% (ANTAD, 2006). Esta rápida expansión se debe a factores socioeconómicos del lado de la demanda, ampliamente señalados por la literatura (Reardon y Berdegué, 2002; Reardon y Timmer, 2005). Se trata de la urbanización creciente del país, del aumento del poder adquisitivo de algunos sectores de la población, de la mayor incorporación de las mujeres a la fuerza laboral, del equipamiento de los hogares con refrigerador y vehículo. Del lado de la oferta también existen factores que fomentaron el surgimiento de los supermercados en México, como fue la liberalización de las inversiones extranjeras. Comenzó en 1984 con la primera modificación a la Ley de Inversión Extranjera de 1973, que hasta entonces era una de las más restrictivas de los países en desarrollo. Posteriormente, una sucesión de revisiones realizadas a partir de 1989 completaron el proceso, y junto con una serie de reformas de la política comercial llevada a cabo en el periodo 1985–1988 contribuyeron al crecimiento de los flujos de capital extranjero, que fueron reforzados con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN (Dussel, 2000; Graham y Wada, 2000). Desde entonces las cadenas de supermercados extranjeras pueden poseer la totalidad del capital de una empresa establecida en México, y por lo tanto empezaron a invertir masivamente en el sector. Otro factor que favoreció su desarrollo fue el proceso de apertura comercial del mercado doméstico a las importaciones, iniciado en 1985 con la liberalización arancelaria, formalizado con la adhesión de México al General Agreement on Tariffs and Trade (GATT) el año siguiente, y profundizado con el TLCAN. La liberalización del comercio abrió oportunidades para las cadenas de supermercados, ya que las importaciones de bienes se volvieron más fáciles y más baratas, y les permitió realizar economías de escala manejando una base de productos y un sistema logístico más amplio (Chávez, 2002; Reardon y Timmer, 2005). Como resultado de esto, el surgimiento de los supermercados generó cambios profundos en los sistemas de distribución y en las cadenas de abastecimiento de alimentos en México, cuyas consecuencias para los productores primarios es el objeto del presente reporte.
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ItemNuevo instrumento de política agrícola para México: la ecocondicionalidad para un desarrollo sustentable.(Universidad Autónoma Chapingo, 2008) Ayala Ortíz, Dante Ariel ; Schwentesius Rindermann, Rita ; Gómez Cruz, Manuel ÁngelDos de los grandes desafíos que enfrentan actualmente los países desarrollados y en desarrollo se relacionan con la preservación de los recursos naturales y agrícolas y con la integración de los productores a los mercados nacionales o globales que les brinden mejores oportunidades, herramientas y facilidades para fomentar su propia mejoría social y económica en el largo plazo. Tal es el caso de México, país en vías de desarrollo con un alto porcentaje de su población habitando y trabajando en un amplio y contrastante sector agrícola. Este país comparte los problemas globales sobre el agotamiento de los recursos agrícolas y naturales, pero se reconocen particularmente críticos los relacionados con la erosión y la pérdida de fertilidad del suelo, la contaminación, el agotamiento de acuíferos y la reducción de la diversidad agrobiológica. De igual modo, los productores mexicanos de tipo tradicional, familiar o de baja escala (con frecuencia de origen indígena) que comúnmente operan en el umbral de la subsistencia se están viendo severamente afectados por su exclusión del mercado, con lo que pasan de un sistema dual (que aunque era injusto, permitía la coexistencia) a otro de marginalización económica y social. Esta situación genera la necesidad de nuevas herramientas de política que contribuyan a revertir este proceso de deterioro ambiental y social del medio rural en México. En el caso de la Unión Europea (UE), su Política Agrícola Común (PAC) ha sido reformada varias veces en atención a estos problemas ambientales y sociales; por ejemplo, se han reformado para incluir medidas de protección a los recursos naturales, promover programas agroambientales, impulsar prácticas agrícolas ambientalmente más amigables (desde la reforma de 1992) y adoptar el desarrollo rural como el segundo pilar fundamental de la PAC (reforma Agenda 2000). La última reforma realizada entre 2003 y 2004 buscó reforzar las medidas ambientales y el balance en el ingreso de los productores (EC-DGA, 2004). Como un aspecto novedoso de la reforma Agenda 2000, la PAC introdujo el término ecocondicionalidad o cumplimiento-cruzado (cross-compliance)1 que se define como el condicionamiento de incentivos (v.gr. pagos de apoyo o subsidios) al cumplimiento de ciertos objetivos ambientales (Wilson et al,. 2000: 256).
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ItemPeriodo de transición y políticas públicas: El caso de la liberalización del mercado de la leche en México en el marco del TLCAN.(Universidad Autónoma Chapingo, 2008) Tillie, Pascal ; Cervantes Escoto, FernandoLa agricultura representaba en 1994 menos del 7% del PIB de México, por lo que su inclusión en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) desató una polémica muy importante en el país, debido a la importancia social del sector agrícola. En aquella época, el sector rural proporcionaba todavía un cuarto de los empleos del país, y la apertura de los mercados era vista por algunos sectores como una amenaza que generaría emigración y pobreza rural. Además, los productos agrícolas tienen un lugar específico en el imaginario colectivo, que procede de la relación especial entre el hombre, el alimento y el territorio. Ello se traduce en el concepto de soberanía alimentaria, que considera a la liberalización del comercio como una pérdida de la capacidad de los pueblos para decidir sobre su alimentación. Finalmente, también en México existe un fuerte vínculo cultural con algunos productos, como el maíz y fríjol, que influenció también el debate. Por lo tanto, los productos agrícolas tuvieron un trato especial en el TLCAN. Maíz, fríjol, azúcar y leche en polvo son los productos para los cuales se planteó el periodo de desgravación de aranceles más largo. En México existen varios miles de productores de leche. Su competitividad en el año 1994 era mucho más baja que la de los otros países norteamericanos, y la firma del TLCAN implicaba que iban a competir en un mismo mercado. Lo anterior justifica el periodo de transición para aliviar los efectos negativos de la apertura comercial. Sin embargo, un periodo de transición por sí solo no es suficiente, ya que rivalizar con productores más competitivos no transforma a un pequeño productor de lechería familiar en un emprendedor tecnificado. Para lograr una reestructuración productiva del sector lechero se necesitaban incentivos. El precio constituye uno muy importante, sin embargo la previsión de su caída no podía impulsar por sí sola las inversiones necesarias. Además, dada la heterogeneidad del sector de la producción lechera, parece evidente que los mecanismos de incentivo necesarios deberían diferenciarse según los tipos de productores. En este escrito se analiza el periodo de transición establecido para los productores de leche en el marco del TLCAN, y se evalúan resultados a unos meses del final del periodo. Se reflexiona también sobre la adecuación de las políticas públicas enfocadas al sector lechero en relación con sus necesidades específicas. Se parte de una revisión de la literatura sobre la liberalización del comercio agrícola y su implementación política. Luego se presenta el caso del mercado de la leche en México, su liberalización y las políticas públicas que la acompañaron. Después se presentan los resultados de la apertura comercial y sus consecuencias para los productores. Finalmente se concluye en cuanto a la eficacia del periodo de transición para el desarrollo de los productores de leche en México.
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ItemUn siglo del Programa del Proletariado en México (Partido Liberal Mexicano 1906).(Universidad Autónoma Chapingo, 2008) Mora Zebadúa, Héctor M. ; Palacio Muñoz, Víctor Herminio ; Guzmán Navarro, Omar M.La revolución mexicana de 1910, como casi todas, suele estudiarse con base en las acciones y palabras de ciertos líderes o caudillos y sus hechos de armas o de masas. Sin embargo, al mismo tiempo, es un lugar común reconocer que las revoluciones son procesos en los que los verdaderos protagonistas son los pueblos y no sus caudillos o líderes, que estos representan acaso el resumen o síntesis del sentir de las masas respecto a ciertos aspectos del proceso. No obstante, la narración de nuestra revolución es la narración de las actividades de Madero, Zapata, Huerta, Carranza, Villa, Obregón, etc., como si ellos fueran el todo, el colectivo, o pastores de un hato inconsciente. Mucho se dice que los participantes en “la bola” no sabían lo que querían y que la mayoría de los caudillos revolucionarios carecían de un proyecto de nación, pero son visiones injustas y, cuando menos, exageradas. Las demandas que el pueblo enarbolaba en sus luchas eran bastante precisas y los proyectos sociales y políticos de los caudillos también fueron bastante claros. Otra cosa es que no se correspondan puntual y mecánicamente con los esquemas del historiador. En este sentido se llega a extremos como calificar de pequeño burguesa la política del Partido Liberal Mexicano (PLM), y de afirmar que Villa carecía de proyecto social, etc. Puesto que las revoluciones las hacen los pueblos, los programas con las que se realizan también son obra colectiva, participan en su definición y articulación miles de personas. Pero son los políticos, las corrientes, los partidos, quienes sistematizan y sintetizan esos programas. El programa obrero y el programa campesino se sumaron al programa de reformas democráticas que demandaba el país y eso dio por resultado la revolución mexicana de 1910 y su síntesis programática convertida en Ley Suprema: la Constitución de 1917.