Material de divulgación
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ItemParadigmas tecnológicos, sujetos tecnológicos.(Universidad Autónoma Chapingo, 2007) Ocampo Ledesma, JorgeEn la soledad de su paraje antes de empezar la siembra, el productor agrícola campesino e indígena realiza una o varias ceremonias, de manera indefectible. Todas son para agradecer los alimentos y la vida que se le han permitido, pidiendo que se extienda el favor. Esta ceremonia sencilla y desde la orilla de la parcela, es repetida en cada ciclo agrícola antes de empezar a sembrar, teniendo a un lado los instrumentos de trabajo y las semillas que van ser depositadas. No solamente se trata de pedir ayuda, pues la apuesta contra el errático temporal no consiente ninguna certeza, sino de agradecer aun cuando las cosas salgan mal. Entonces se quita el sombrero y hace su oración: una comunión con la tierra, con la lluvia, el viento, el granizo, los astros y el cielo todo, donde el humano no es separado sino parte del universo, una parte pequeña e insignificante dentro del concierto del cosmos. Su actividad agrícola no puede dejar de lado esto: su condición de humildad frente a la naturaleza pone en evidencia una concepción del mundo, donde lo importante no es atesorar, sino vivir y trabajar para comprender los sentidos de las obras poderosas, de la cual él es parte y constructor. La tradición, aunque camina sus propios senderos, es una de las puertas de entrada a la posmodernidad, por paradójico que parezca. Recuperando la tradición nos acercamos a ese modelo de apreciar las cosas al cual nos conduce Latour entre otros, al querer establecer una nueva simetría entre la Naturaleza y la Sociedad, donde los vínculos y las articulaciones entre ambas se mantengan en vez de separarlas.
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ItemLos sujetos tecnológicos y la región: El territorio tecnológico.(Universidad Autónoma Chapingo, 2007) Ocampo Ledesma, JorgeCuando el campesino decide sembrar, cosechar o cortar un árbol, lanza una mirada al firmamento buscando en la noche la presencia luminosa de los astros y de la luna. Ésta, con sus caprichos, señala también los mejores momentos para realizar las actividades. De esa manera, el grano emergerá en los surcos, o no se llenará de gorgojo en los cencales, y la madera cortada tendrá una duración hasta de siglos. El ciclo de la luna marca a su manera el calendario agrícola y de vida del cual el campesino debe estar pendiente. El entorno campesino comprende, entonces, no solo las referencias inmediatas sino los astros y los planetas y sus satélites. Ahí aparecen las señales y los signos con los cuales sostener la actividad. Olvidarlos o no considerarlos resulta peligroso para la vida en el campo. Con todo y que observar los cielos es obligado, la comunidad campesina tiene como base a su tierra: sin este espacio no tiene fundamento, un lugar para vivir y para expresarse. Junto a la tierra se incluyen otros ejes que mantienen su vida, su existencia y su resistencia. Son el agua, el monte y sus pobladores, expresados éstos no sólo como fuerza de trabajo sino como actores sociales múltiples, y donde la Naturaleza cobra una presencia viva como recurso, como orientación, como indicador de actividades, de designios y de destinos. De aquí que la resistencia campesina, expresada durante siglos, mantenga como ejes estructurantes de sus luchas, la defensa de la tierra, del agua, del monte y de la fuerza de trabajo. En ello se expresa la continuidad de las comunidades, de las culturas y de la vida misma.