Desarrollo de un nuevo dispositivo para inseminar vacas en la base del cuerno uterino

Abstract

Los altos niveles de producción, problemas sanitarios y el estrés climático, han ocasionado que la vida productiva de las vacas lecheras se reduzca, llevando a un incremento en la tasa de reemplazo, alcanzando cifras entre el 30 y 40% de reemplazo anual (Rogel y Tamayo, 2007; Hernández, 2011). Con el fin de cubrir la demanda de vaquillas de reemplazo, se ha optado por el uso de semen sexado (SS) durante la inseminación artificial (IA; Norman et al., 2010). Anualmente se comercializan cerca de 20 millones de dosis de SS en Estados Unidos (Seidel, 2014). No obstante, la fertilidad obtenida ha sido relativamente baja, con porcentajes de preñez en vacas y vaquillas de 46 y 27%, respectivamente (DeJarnette et al., 2008). La baja fertilidad del SS ha sido explicada por múltiples factores, entre los que destacan: el proceso de sexado, el cual pudiera llegar a ocasionar daño celular; el contenido de espermatozoides por dosis de SS, inferior al de una dosis de semen convencional (2.1X106 vs. 15-20x106 ); la eficiencia en la detección de celos, que sumada a las anteriores pudiese impactar negativamente en la tasa de fertilidad (Grant y Chamley, 2007; Kurykin et al., 2007; Frijters et al., 2009). En las últimas décadas se han desarrollado estrategias para tratar de mejorar la fertilidad del SS, éstas implican el uso de hormonas, incremento del número de servicios y concentración de espermatozoides por dosis, sin obtenerse resultados satisfactorios (Sá Filho et al., 2010). Sin embargo, Kurykin et al. (2007) mencionaron que el sitio de aplicación de semen influye en la tasa de concepción, siendo mayor al aplicarse cerca de la parte media del cuerno uterino. En estudios realizados por Meirelles et al. (2012), en los que se evaluó la fertilidad del SS depositado en diferentes sitios durante la IA, se obtuvieron porcentajes de preñez de 67.4 y 48.8% al aplicar el semen en la parte media del cuerno uterino y el cuerpo del útero, respectivamente. Por su parte, Kurykin et al. (2003) estimaron que la tasa de preñez en vaquillas inseminadas en la parte media del cuerno uterino con 2x106 espermatozoides y en el cuerpo del útero con 40x106 espermatozoides, no fue diferente, lo cual demuestra que el sitio de aplicación del semen no sólo influye en la tasa de gestación, sino también en la cantidad de espermatozoides, por dosis, necesarios para producir una gestación. Sin embargo, Hunter (2003) ha sugerido que la IA intracornual profunda presenta desventajas, debido al uso del aplicador rígido para inseminar, pudiéndose ocasionar la ruptura del folículo preovulatorio, lesiones e incluso perforación de la pared uterina. La laparoscopía ha sido utilizada exitosamente en el manejo reproductivo de pequeños rumiantes, principalmente en la IA donde se mencionan tasas de preñez de entre 60 y 75% (Martinez et al. 2009; Dovenski et al., 2012; Anakkul et al., 2014), no obstante, aunque existen reportes de algunos estudios donde se ha utilizado la laparoscopía en el monitoreo de estructuras del tracto reproductivo en bovinos (Babkine y Desrochers, 2005), es escasa la información disponible con respecto a su uso en la IA. Recientemente se han reportado resultados satisfactorios del uso de la laparoscopía transvaginal en la recuperación de embriones en bovinos (Besenfelder et al., 2008), lo cual sugiere la posibilidad de utilizar dicho procedimiento para realizar IA.