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Browsing Libros by Author "Altamirano Cárdenas, J. Reyes"
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ItemDel extensionismo agrícola a la redes de innovación rural(Universidad Autónoma Chapingo, 2010) Aguilar Ávila, Jorge ; Altamirano Cárdenas, J. Reyes ; Rendón Medel, RobertoLa innovación es una condición fundamental para un crecimiento económico sostenido, que reduzca las disparidades sociales existentes en el país y permita un uso sustentable de sus recursos naturales.Reconociendo la necesidad de fortalecer la innovación como pilar del desarrollo rural la Universidad Autónoma Chapingo, a través del CIESTAAM, ha estado involucrada desde inicios de los años noventa, ya sea directa o indirectamente en la evaluación, diseño u operación de los principales modelos de extensionismo, asesoría técnica o desarrollo de capacidades que se han implementado en el sector rural de México. Con base en esta experiencia, el presente trabajo revisa el camino transitado por México en los últimos 25 años en materia de política pública para la innovación rural, señalando los avances pero sobre todo los límites de las acciones emprendidas. Se trata, en general, de hacer una vinculación con los paradigmas conceptuales que se han desarrollado al nivel internacional para orientar de manera eficaz esta política y, sobre todo, se enfatiza en presentar y sustentar propuestas operativas y metodológicas para el establecimiento de redes de innovación rural. alquiera es económicamente más próspera si sus agentes se integran en red con fines de innovación. Dichas redes no se consideran arreglos robustos, sólidos y jerárquicos, sino... sistemas de interrelación relativamente sueltos, informales, implícitos, de fácil descomposición y recombinación, los cuales, en caso de resultar eficientes, pueden perdurar en el tiempo.Así pues, las redes son exitosas cuando fomentan las relaciones de confianza no jerárquicas entre sus integrantes y si existen reglas mutuamente aceptadas. Un factor determinante para explicar el surgimiento y multiplicación de las redes de innovación es la existencia de actores con la firme creencia de que el funcionamiento en urdimbre favorece sus objetivos, por lo cual promueven estos arreglos en forma activa.
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ItemMercados e instituciones financieras rurales. Una nueva arquitectura financiera rural para México.(Universidad Autónoma Chapingo, 2002) Muñoz Rodríguez, Manrrubio ; Santoyo Cortés, V. Horacio ; Altamirano Cárdenas, J. ReyesEn 1910, un estudioso del medio rural mexicano de nombre Alberto García Granados señalaba: “… nuestros bancos actuales y los que en lo adelante se constituyan sobre la base del capital, facilitarán a nuestros hacendados grandes y pequeños, en condiciones mas o menos favorables, los fondos necesarios para sus explotaciones rurales; pero esos capitales no llegarán a fecundar los pequeños campos de nuestros humildes labradores, en tanto que ellos no se organicen en agrupaciones mutualistas. Para ello propongo extender gradualmente una inmensa red de asociaciones mutualistas que, agrupada al derredor de los bancos regionales, vendrían a ser la base fundamental de nuestro crédito agrícola. Y mediante un poco de buena voluntad de parte de los poderes públicos, y algo de actividad de parte de las agrupaciones agrícolas, la obra podría realizarse dentro de un plazo más corto de lo que nos podemos imaginar”. Por su parte, en 1962 un investigador extranjero de nombre T.S. Rao fue enviado por el banco central de su país a estudiar el sistema de crédito agrícola prevaleciente en México. Concluyó su informe afirmando que en nuestro país: “El énfasis se pone en el cultivo, los calendarios de operaciones y la producción para la cual se presta, mientras que [en su país] el énfasis se da principalmente en el agricultor, en su situación económica, en lo que necesita para producir cosechas y para otros fines, y en su mejoramiento económico. Hay en México menos preocupación por el problema de ayudar al agricultor, de levantarlo y de construir un sistema agrícola fuerte y sano, basado en agricultores que sean dueños y administradores, y por tanto, se pone menos empeño en el cooperativismo. Se supone que el agricultor en muy pequeña escala no tiene ni tendrá nunca una buena perspectiva económica, que nada podrá ahorrar ni aportar capital a la estructura financiera, y que tanto el ejidatario como el pequeño propietario requieren una estrecha vigilancia en la utilización de los préstamos. También se pone menos empeño en coordinar las diversas instituciones, y parece haber un considerable traslape o duplicación de actividades entre instituciones. Hay una laguna notable que consiste en la oferta de créditos a plazos largos. El costo del crédito es también elevado, tanto porque los tipos corrientes de interés son altos como otros gastos tales como los de inspección, etc.; y es bien considerable el grado en el que el Gobierno da subsidios en diferentes formas: para gastos administrativos, para resarcir pérdidas, para seguros agrícolas, para compras a precios de garantía, para la distribución de tierras y para el seguro social de los campesinos y trabajadores rurales. Otros gobiernos que no tienen una situación presupuestaria tan desahogada, encontrarían difícil hacer frente a los gastos que implican tantos subsidios”. En resumen, … “el enfoque cooperativista, la estructura descentralizada, la clara demarcación de funciones entre las diversas instituciones, la coordinación entre éstas y las dependencias de gobierno, la existencia de un plan definido de mejoramiento, los arreglos para la preparación de personal y el énfasis a la autonomía, son características ausentes en el caso mexicano”.
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Item¡Otro campo es posible! Agenda pública y política con relación al campo mexicano(Universidad Autónoma Chapingo, 2018) Muñoz Rodríguez, Manrrubio ; Santoyo Cortés, Vinicio Horacio ; Gómez Pérez, Dolores ; Altamirano Cárdenas, J. ReyesLas políticas públicas son un conjunto de decisiones de carácter público que atraviesan un proceso que va desde el establecimiento de la problemática a resolver, hasta su procesamiento y conversión en decisiones de autoridad por la vía que marcan las reglas de funcionamiento del propio sistema político. Por lo tanto, una parte esencial de este proceso es la formación de una agenda, la cual es el conjunto de “cosas que han de ser llevadas a cabo”. Casar y Maldonado (2010) afirman que existen tres tipos de agenda: 1) la pública, definida por el conjunto de temas que distintos grupos de la sociedad buscan posicionar; 2) la política, integrada por actores políticos cuyos recursos, facultades y poder, les permite lograr la preferencia en el debate, y 3) la gubernamental, conjunto de prioridades que un gobierno constituido busca materializar en su mandato. Por tanto, entender cómo un determinado tema, asunto o cuestión pasa a formar parte de la agenda gubernamental, es fundamental.
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ItemServicios para el desarrollo rural. Aprendiendo de lo que ya funciona.(Universidad Autónoma Chapingo, 2003) Muñoz Rodríguez, Manrrubio ; Santoyo Cortés, Vinicio Horacio ; Altamirano Cárdenas, J. Reyes ; Flores Verduzco, Juan JoséDesde principios de la década de los ochenta, México inicia un periodo de amplias y profundas transformaciones estructurales cuyo eje ha girado en torno a la reforma financiera, la privatización de empresas públicas, la apertura externa de la economía y la desregulación de los mercados. No obstante los innegables éxitos de estas reformas en algunas variables macroeconómicas, como la reducción del desequilibrio en el tipo de cambio y el abatimiento de la inflación, en el ámbito del bienestar social de la población no se han registrado mejoras. Incluso, la calidad de vida de amplios segmentos de la población, como la que vive en las zonas rurales, se ha deteriorado a niveles alarmantes. En efecto, para 1998 el 81% de la población rural se encontraba debajo de la línea de pobreza y 53% de esta población se ubicaba en una situación de pobreza extrema (INEGI, 2000). Por tanto, abatir la pobreza en México implica atacar la pobreza rural. En un análisis macroeconómico de la pobreza rural se encontró que la pobreza está determinada por tres factores, a saber (De Janvry y Sadoulet, 2001): 1. Falta de control sobre los activos productivos: 26% de los determinantes. En este factor inciden el capital natural, como la tierra, influyendo en el 6% de los determinantes; el capital humano, referido a la educación de los adultos (13%); el capital social relacionado con los vínculos o redes de cooperación (7%); el capital físico, como la maquinaria, y el capital monetario (ahorros). 2. Contexto adverso para valorizar los activos: 11% de los de-terminantes. En este factor influyen las fallas del mercado, deficiencias institucionales, falta de bienes públicos y las políticas adversas hacia el sector rural. 3. Características de los hogares: 63% de los determinantes. El tamaño de la familia y la tasa de dependencia inciden positivamente, mientras que la edad del jefe del hogar incide negativamente.